Un día, no sé de que manera, llegó a mis manos una revista en la que aparecían unas declaraciones de CAMPANILLA , la diminuta compañera alada de Peter Pan.
Bastante enfadada reivindicaba su versión de la historia de PETER PAN;
“El señor Barrie es muy buen escritor, no digo que no,pero contó la historia a su manera. Tampoco digo que lo que contó no sea cierto, pero tergiversó algunas cosas. Algún día contaré yo la verdadera historia de Peter Pan”.
Interesada, le llamé y le ofrecí la oportunidad de explicar su versión subida a un escenario.
No estaba muy convencida.
La animé asegurándole que no estaría sola, que había conseguido que participaran el capitan Garfio, Peter Pan , Wendy e incluso la sombra de Peter Pan.
Quiso saber con que medios contabamos, por que llevar su historia a un escenario lo veía complicado.
Le hice saber que sería una modesta producción, nada comparable a las versiones cinematográficas ni a las espectaculares producciones teatrales. Se
ría un espectáculo apropiado a sus dimensiones; pequeño pero de altos vuelos.
“¿El País de Nunca Jamás reducido a las dimensiones de un escenario?
“Con imaginación y con la inteligencia de los espectadores,todo se puede adaptar a un pequeño espacio teatral. El mundo entero cabe en una caja de zapato, señora Campanilla”
La convencí. Campanilla contará su versión; su relación con Peter Pan, sus celos hacia Wendy y sus trifulcas con Garfio.
Me puso dos condiciones;
Campanilla, como ser luminoso, necesita que la luz en el espectáculo tenga mucha importancia.
Le gustaría que la sombra de Peter Pan , gran amiga suya, también estuviera muy presente, reivindicando el mundo de las sombras.
Le dije que no había ningun problema. Y así fue como nos embarcamos en este proyecto.
Una historia tiene tantas versiones como personas participan en ella.