NATATXA es una niña preguntona y curiosa que siempre ha querido tener un perro y hoy a la salida del colegio se ha encontrado con uno y se lo ha llevado a casa.

JULIA, su madre, es lista y tierna -aunque a veces acabe desquiciada intentando responder las interminables preguntas de su hija-, pero cuando ha descubierto al animal escondido, se ha enfadado mucho, porque ella no quiere perros en casa, que lo destrozan todo y no saben comportarse.

–¿Y si mi perro aprendiera educación? –propone Natacha.

–Probaremos una semana y si no aprende a portarse bien, se va.

Tras el ultimátum de Julia, Natacha emprende la apasionante misión de educar a su perro RAFLES, con la ayuda de su inseparable amiga PATI: juntas intentarán tareas tan difíciles como enseñarle a leer para que entienda los carteles con normas de comportamiento que colocan por toda la casa. Pero ni siquiera con un curioso experimento telepático consiguen meter ninguna idea en la cabeza de Rafles, un perro callejero un poco tonto que sólo piensa en romper medias y mordisquear el cable del teléfono.

Una tarde, las explicaciones de Natacha cuando Julia vuelve a casa ya no son suficientes: Rafles se ha zambullido en el recipiente donde las niñas preparaban un indigesto pastel de chocolate sin cáscara y casi se muere y por eso lo han reanimado con un baño de espuma y Rafles se ha escapado y por eso toda la casa está embadurnada de harina, huevo y jabón.

–¡Esto es demasiado! ¡Que vuelva a la calle ese perro callejero! –sentencia Julia.

Pero no sólo Rafles se va de casa: Natacha y Pati también desaparecen, así que Julia se pasa la noche buscándolas por las calles.

Cuando la madre, angustiada, encuentra al perro, solo, no puede imaginar lo que ha pasado: una nueva experiencia telepática, con la que las niñas querían meter en la cabeza de Rafles la idea de que las calles se cruzan por los pasos de cebra, ha dado un resultado inesperado: las dos amigas han ido a parar al interior de la cabeza del perro.

Allí dentro, mientras esperan ser rescatadas, Natacha y Pati descubrirán la razón por la que el pobre Rafles era incapaz de aprender nada.-